El inicio de la alimentación complementaria requiere la madurez en el aspecto funcional de diversos órganos del bebé que debe ir a la par con su maduración neurológica
La misma ilusión con la que una madre comienza a alimentar a su hijo por primera vez el día de su nacimiento con su leche materna se mantiene intacta hasta el día que introducimos el primer alimento diferente a la leche de mami en su dieta. ¡Es un momento mágico y muy esperado para toda la familia!
Sin embargo, la preparación para ese día va más allá de la selección del alimento, los platitos, el vasito o la ropa especial del día. En realidad, es el bebé quien nos dirá en qué momento está preparado para iniciar con otros alimentos diferentes a la leche humana.
¡La principal razón por la que iniciamos la alimentación complementaria es la nutricional!
En efecto, si administramos exclusivamente leche materna a un bebé, sus necesidades de calorías y nutrientes son suficientes para mantenerlo sano durante los primeros meses, de forma que pueden mantener un crecimiento igual o mayor al percentil 50 hasta el 6º mes de vida con todas sus necesidades nutricionales cubiertas. A partir de ese momento, es necesario aportar otros nutrientes además de los presentes en la leche humana, como el hierro por ejemplo.
Este es uno de los principales motivos por los cuales insisto, en consonancia con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, en que antes de los seis meses no es necesario introducir alimentos diferentes a la leche humana
Dado que los alimentos deben ser digeridos, absorbidos y metabolizados en el aparato digestivo, este es sin duda el primer órgano corporal que debe estar preparado para la introducción de nuevos alimentos.
Algunos eventos madurativos que debemos tomar en cuenta son:
- El aumento progresivo de la capacidad del estómago en el recién nacido alcanzando los 200-300 ml a los 12 meses de vida, lo cual permite un aumento en la cantidad de alimentos ingeridos complementando las tomas de leche materna
- La secreción de ácidos biliares aumenta progresivamente alcanzando los valores del adulto cerca de los 6 meses de vida.
- La absorción de grasa comienza a alcanzar los niveles del adulto entre los 6 y 9 meses de edad.
- El sistema inmunológico intestinal que mantiene el intestino saludable para protegerlo del contacto con proteínas diferentes a la de la leche humana comienza a madurar alrededor de los 3 meses logrando niveles adecuados de Inmunoglobulina A secretora cerca de los 7 meses de vida
- Otros mecanismos de defensa no inmunológicos tales como la acción de las enzimas digestivas y pancreáticas comienza a producirse en cantidades adecuadas a partir de los 3 meses.
- La capacidad para digerir y absorber otras proteínas, grasas e hidratos de carbono distintos a los contenidos en la leche, van aumentando rápidamente a partir de los 3 meses.
Podemos observar existe un rango dentro del desarrollo del bebé, un periodo transicional dentro del cual ocurren los cambios necesarios para aceptar nuevos alimentos.
Desde el punto de vista nutricional la leche materna es suficiente alimento para mantener un crecimiento saludable durante los primeros seis de vida, a partir de ese momento ya podemos iniciar la alimentación complementaria con seguridad